Los bufetes esperan recobrar en 2022 la senda de crecimiento de ejercicios anteriores para lo que necesitan contar con los profesionales más destacados. Para lograrlo, estudian introducir más incentivos en sus planes de carrera. «Habrá que ser flexibles para retribuir debidamente a los mejores o serán fichados por la competencia». Así de claro se expresaba hace unos meses Alejandro Kress, socio director de la firma de cazatalentos especializada en el sector legal SSQ, que añadía que «hay firmas que quieren crecer y están dispuestas a invertir en mejoras retributivas para el talento de fuera de la casa».
Es probable que este punto de vista se refuerce en 2022 con los despachos de abogados ya claramente asentados en una senda de crecimiento, lo que obliga a reforzar equipos no sólo con promociones internas, sino también con fichajes provenientes de sus competidores más directos. Por eso, la atracción y retención de los letrados más brillantes es la mayor preocupación para los bufetes que operan en nuestro país, según el centenar de firmas que han participado en la tercera edición del Informe Expansión Jurídico sobre el sector legal en España.
La batalla por el talento será, por tanto, máxima el próximo año. Por eso, los bufetes no sólo planean mejoras retributivas, sino atractivos planes de carrera en los que ya se incluyen otras ideas menos tangibles, pero igual de importantes, sobre todo para las nuevas generaciones de abogados: sostenibilidad, conciliación o flexibilidad.
Estas novedades ayudarán, por otro lado, a reforzar otro de los grandes retos para el sector legal: la transformación digital. Aunque algunas firmas ya llevan años totalmente inmersas en ella, la pandemia, sin duda, aceleró este proceso y, en 2022, muchas entrarán en la tercera etapa: la de consolidar la digitalización con un claro objetivo en la mente, que no es otro que ser más eficientes y eficaces. Esto hará que la inversión en herramientas tecnológicas se multiplique en muchos bufetes, ya sea para diseñar y producir aplicaciones propias o para adquirir otras que están creando otros actores especializados.
Esta situación hace que cada vez sean menos los responsables de despachos que ven la digitalización como un mero gasto. No en vano, la presión constante y, en ocasiones, creciente por parte de sus clientes para conseguir unos honorarios más ajustados les está obligando a una apuesta decidida por una tecnología que les permite dar más por menos.
Así, el tercer gran reto del sector legal español para 2022, según los socios directores encuestados para este informe, es precisamente la presión en los honorarios, no sólo en la cantidad, sino también en la forma de aplicarlos. Y es que la facturación por horas cada vez está más cuestionada, sobre todo con la irrupción de start up cuyos métodos de trabajo y cobro se alejan de las formas tradicionales. Lo define bien Basha Rubin, cofundadora de Priori Legal, con sede en Nueva York, en un artículo de Financial Times: «La hora facturable está sufriendo una muerte lenta, ya que cada vez hay más interés por las alternativas que se alejan de ese patrón».
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