Lagarde descarta subir tipos en 2022 y tensiones inflacionistas a medio plazo

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“Continuamos previendo que en el medio plazo la inflación siga por debajo de nuestro nuevo objetivo simétrico del 2%”, ha asegurado Christine Lagarde. En sus estimaciones económicas, que el BCE actualizará en su reunión de diciembre, la institución prevé un IPC en 2023 del 1,5%. Lagarde ha insistido en que la inflación se moderará el próximo año, aunque el proceso llevará más tiempo de lo que se estimó inicialmente. La presidenta del BCE cuenta con que uno de los factores que están contribuyendo al alza de los precios en la zona euro, el efecto de la rebaja del IVA en Alemania el pasado año, dejará de pesar ya en enero de 2022.

Según ha explicado la presidenta del BCE, sí hay otros dos factores inflacionistas, los precios de la energía y los problemas de suministro, que durarán más tiempo. Para la energía, Lagarde sí prevé una notable caída de precios en la primera mitad del año próximo. Aunque el BCE sigue sin apreciar los denominados efectos de segunda ronda de la inflación, como un alza en los salarios. “Esperamos un crecimiento potencial de los salarios el próximo año mayor que en este ejercicio, pero los riesgos de segunda ronda continúan limitados”, ha afirmado Lagarde.

Ha insistido además en que no se darán en 2022 las condiciones necesarias para subir tipos. «Si adoptáramos un enfoque más restringido haría más mal que bien», ha subrayado la francesa en una comparecencia ante la comisión de Asuntos Económicos y Monetarios de la Eurocámara. La presidenta del BCE también ha dado algunos detalles de cómo está trabajando la institución para incluir el coste de adquisición de la vivienda habitual en la construcción de los índices de inflación. En su revisión estratégica, el BCE ya avanzó su deseo de incluir el coste para el bolsillo del consumidor del pago de la vivienda en que se habita.

Ha apuntado a que los datos ajustados de inflación que incluyeran la vivienda en propiedad darían lugar a tasas de IPC ligeramente más elevadas. Estimaciones preliminares apuntan a que la diferencia es de alrededor de 0,2 puntos porcentuales en el segundo trimestre de 2021, “lo que refleja las fuertes dinámicas en los precios de la vivienda”, según Lagarde.

Según ha explicado Lagarde, el BCE está construyendo un índice analítico que incluye los hogares ocupados en propiedad como vivienda habitual, con el fin de distinguir las viviendas adquiridas como inversión. Y ha señalado su deseo de que el Eurostat publique un índice provisional de carácter trimestral sobre el coste de las viviendas ocupadas para 2023. De hecho, es Eurostat quien debe liderar los trabajos que incluyan el coste de la vivienda en el cómputo de la inflación. “El trabajo legal necesario para contar con un índice oficial puede estar disponible en 2026”, señala Lagarde.

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