Con motivo del homenaje que Funcas (la fundación de las antiguas cajas de ahorros) hizo al economista Vicente Salas (catedrático de la Universidad de Zaragoza y antiguo miembro de la comisión ejecutiva del Banco de España durante varios años), el gobernador Pablo Hernández de Cos citó las palabras de Lagarde, al tiempo que incidió en que la recuperación económica de la zona euro sigue siendo evidente, pero menos intensa de lo previsto y que han surgido nuevos riesgos y vulnerabilidades que aconsejan, en su opinión, no retirar ahora y de forma rápida los estímulos monetarios y fiscales que han propiciado que la crisis no haya tenido los peores efectos que pudieron pensarse.
Hernández de Cos señaló en el inicio de su intervención que la recuperación económica es un hecho y que ello ha permitido rebajar los riesgos que inicialmente se vislumbraban sobre la estabilidad financiera y sobre la salud de empresas y familias, y que las medidas monetarias y fiscales adoptadas desde el primer momento «han permitido evitar los escenarios más negativos». Al tiempo, explicó que la rápida vacunación ha hecho posible la eliminación de las restricciones más duras, permitiendo un aumento de la movilidad, que se tradujo en una mayor actividad económica.
En este sentido, aseguró que se prevé un crecimiento robusto para la zona euro, y también para España, tanto en 2021 como en 2022, y que en 2023 se espera una desaceleración, pero que la brecha que separa a España del resto es superior a seis puntos del PIB y que significa que mientras España recuperará el PIB de antes de la crisis en el segundo semestre del año próximo. Es probable que el conjunto de la eurozona lo haga antes de que termine este año.
A pesar de estos hechos positivos, Hernández de Cos señaló como una de las vulnerabilidades generales el hecho de que la recuperación es muy heterogénea, en el sentido de que unos sectores productivos han salido bien de la crisis y otros aún la arrastran; y que lo mismo ocurre en los hogares, en función de las rentas de que disponen. El fuerte endeudamiento público de todos los países de la eurozona, aunque también con claras diferencias entre unos y otros, es otro factor de inestabilidad que no se manifiesta con la intensidad que cabría gracias a la política monetaria desplegada por el BCE.
Por último, la baja rentabilidad bancaria, que ocurre en toda la eurozona, también es otro foco de posible inestabilidad financiera porque provoca que se sitúe por debajo del coste de capital. Cuando es superior se debe a resultados extraordinarios, no recurrentes. Por ello, el gobernador pidió prudencia a los bancos a la hora de revertir las provisiones extraordinarias que hicieron el año pasado. El gobernador señaló como nuevos riesgos no contemplados hasta ahora los problemas originados por los proveedores de bienes intermedios que no son capaces, en el corto plazo, de satisfacer las demandas que genera la recuperación y el aumento de la inflación derivado por un lado de estos problemas y por otro de la subida de los precios de las materias primas, en especial de los productos energéticos.
En línea con lo defendido por Lagarde, en el Banco de España consideran que los cuellos de botella tenderán a corregirse en los próximos meses, lo que aliviará parcialmente la inflación, y que los precios de la energía también lo harán, aunque las perspectivas a corto plazo por la llegada del invierno pueden seguir presionándolos al alza. Por eso, el gobernador apuntó que considera que la inflación es un fenómeno transitorio, aunque puede durar más de lo estimado hasta hace poco, y que ello explica que no haya condiciones para una hipotética subida de los tipos de interés.
Para conseguir que la recuperación de la actividad se consolide sería preciso que tanto las políticas fiscales como las monetarias siguieran como hasta ahora durante un tiempo, de forma que «los tipos de interés no suban durante un periodo prolongando» y que no se retiren de forma rápida los estímulos actuales. Las políticas fiscales deberían ir siendo cada vez más selectivas para los sectores, empresas y hogares más vulnerables, al tiempo que se debe diseñar ya un programa de consolidación fiscal que permita reducir no solo el déficit público sino también la parte estructural de éste para impedir que se cronifique. En línea con lo que viene defendiendo, Hernández de Cos incidió de nuevo en la necesidad de poner en marcha reformas estructurales que permitan la adecuación de los sectores productivos a la nueva realidad económica, entre ellas la reforma de los procedimientos judiciales para compañías en dificultades y la reforma laboral.
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