Los huidos de la hostelería dejan un agujero en el sector en plena temporada de verano

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El restaurante Qué Rico multiplica su actividad durante estos días de verano en el paseo marítimo de Alicante, a cuatro metros de la arena de la playa de San Juan. Las bandejas de arroz vuelan, la carne se va haciendo a la piedra sobre las mesas de los clientes y las vistas al mar, toda una promesa de relajación tras casi año y medio de fatiga pandémica, son su gran reclamo para atraer comensales. Pero esa facilidad con que las sillas se van ocupando —aunque hay menos extranjeros, el turismo nacional tira del carro— contrasta con una carencia inusitada que también se han encontrado otros establecimientos de la costa Mediterránea: no hay suficiente personal formado para cubrir su plantilla.

Durante la temporada baja, el local funciona con dos personas en cocina y cuatro en sala que se van turnando. Pero en verano, el aluvión de gente hace que esa plantilla se quede corta y necesitan 13 camareros y cuatro o cinco al mando de los fogones. Pablo Buigues, su encargado, se puso manos a la obra. Primero tiró de contactos, luego puso anuncios en la radio, en redes sociales, en su web, en la web de clasificados Milanuncios y en el portal de empleo Infojobs. “Nuestra sorpresa fue que mientras otros años con una semana de anuncios teníamos un montón de entrevistas, este año ha habido poca respuesta, y los que venían tenían poca cualificación o acababan de empezar en la hostelería”, relata.

Problemas similares se han detectado en Almería, Murcia y Castellón, pero también en zonas de interior como Castilla y León, donde el Gobierno regional formará a 3.500 personas para suplir la falta de camareros. La escasez de candidatos aptos puede causar sorpresa en medio de una crisis que ha destruido tantos empleos y con el paro todavía sin recuperar sus niveles previos a la pandemia.

José María Rubiales, presidente de la Asociación de Cafés, Bares y Afines de la Región de Murcia, detecta una cierta huida de la hostelería por parte de trabajadores cansados de estar en ERTE y de la inestabilidad asociada al abrir y cerrar del sector por las restricciones. “Tenemos muchos casos de profesionales que han ido dejando los restaurantes durante la pandemia. No hay esa bolsa de trabajadores de otros años. Muchos padres y madres de familia han buscado otros sectores económicos que sí trabajan al 100%”, afirma. Entre los nuevos destinos a los que tiene constancia que se han trasladado algunos de ellos cita a grandes empresas de transporte o el nuevo centro logístico de Amazon en la zona.

Francisco Javier Blasco, director de Adecco Group Institute, coincide. “En Murcia, sectores como la agricultura o algunos subsectores de la industria han tenido una actividad casi sostenida desde el comienzo de la pandemia y los frecuentes rebrotes y confinamientos han hecho que, hasta que no se consiga cierta normalidad, volver al sector de la hostelería o del comercio conlleve el riesgo de perder el empleo o entrar en ERTE”.

El portal de empleo Infojobs cuenta con unas 11.100 vacantes en la categoría Turismo y Restauración, un 40% más que en mayo. Una de sus portavoces ve posible que ante la mayor fragilidad del sector “se esté dando un mayor movimiento de profesionales hacia otros sectores más seguros en este momento”.

Tanto Buigues como Rubiales explican que el problema no está en la mano de obra más inexperta. El estudiante que durante las vacaciones salta al sector para sacar unos euros sigue ahí, pero hay otras necesidades. “Mucha gente abandona la hostelería porque tenemos fama de hacer contratos de muchas horas sin pagar horas extra”, dice Buigues. “Está poco valorada. Un comentario muy frecuente es que si eres camarero es que no has estudiado, pero nosotros buscamos gente que haya estudiado de esto, de hostelería: cómo se limpia el pescado, cómo se sirve el vino… Ese perfil, que te da un punto extra, no lo hemos encontrado y al final hemos seleccionado a los que tenían mejor actitud y dominaban la bandeja”. El encargado de Qué Rico lo achaca también a que algunos prefieren no salir del ERTE sin tener garantizada una mayor permanencia en la empresa. “Si me salgo solo para dos meses, me fastidias”, asegura que le dicen.

La cuestión de la escasez ha llegado a oídos de los sindicatos. Omar Rodríguez, responsable de Hostelería de UGT, la achaca a la economía sumergida que existe en el sector y a unos salarios a veces insuficientes. “La pandemia ha sacado a la luz que la gente necesita tener legales las horas que realiza para tener subsidios. Y por otro lado, lo general es que las ofertas estén muy por debajo de las necesidades”. Rodríguez se muestra cauto frente a esa supuesta carencia. “Se han destruido 23 de cada 100 puestos de trabajo en el sector turístico. Es posible que algunos hayan buscado otras posibilidades, pero no me creo que toda esa gente no quiera trabajar”.

Chema Martínez, secretario general de la división de servicios del sindicato Comisiones Obreras, reconoce que el parón en la hostelería ha generado cambios de ocupación. “Ha abierto todo de golpe y los locales se han encontrado con que personas que cada año estaban disponibles, este año no lo están. Muchos trabajadores se desplazaban a la costa y este año no han ido porque no sabían si iban a abrir y se han buscado la vida en otras profesiones”, apunta. Sin embargo, hace una matización: “El que no se encuentre gente tiene bastante que ver con lo que pagan, sobre todo en Murcia, donde pagan 300 euros menos al mes que en Alicante porque el convenio del sector lleva 13 años bloqueado”.

Rubiales, de la patronal hostelera murciana, contraataca: “La última subida salarial fue en 2018, y nadie paga solo el salario mínimo. Doy la bienvenida a los sindicatos tras año y medio sin saber nada de ellos”. Para Rubiales, la solución pasa por impulsar planes de formación. Pero para este verano ya es tarde. El trajín estival no es el mejor momento para hacer una pausa y enseñar a los recién llegados.

Según un informe de Adecco, a pesar de los 3,4 millones de desempleados que hay en España, cerca de un 9% de vacantes se queda sin cubrir. Y ocho de cada diez empresas reconocen tener dificultades a la hora de encontrar talento, un porcentaje que según dicho texto se ha disparado más de 30 puntos en los últimos cinco años. Entre los más demandados cita los puestos de soldador, técnico de mantenimiento, fresador o tornero.

El sector tecnológico está entre los que, según sindicatos y portales de empleo, tienen una carencia estructural de trabajadores. En Infojobs quedaron sin cubrir en junio 347 ofertas de perfiles digitales, y con la UE situando la digitalización como una de sus grandes prioridades de inversión para los próximos años junto a la economía verde, todo apunta a que la demanda de profesionales especializados en tecnologías de la información y la comunicación (TICS) puede crecer.

También esperan aprovechar ese maná europeo en el sector constructor. Para Pedro Fernández Alén, presidente de la Confederación Nacional de la Construcción, el sector necesita engordar de aquí a final de año desde los 1,3 millones de empleados actuales hasta los dos millones, 700.000 trabajadores más. No solo para cubrir la creciente demanda de rehabilitación y las clásicas obras de toda la vida, sino para ayudar a construir toda la infraestructura verde que España necesitará de plantas eólicas o fotovoltaicas.

Según su percepción, hay jóvenes que han tirado la toalla a la hora de buscar trabajo que podrían tener hueco en el sector si se deciden a formarse. “Muchos jóvenes se están quedando en casa con la videoconsola cuando hay un futuro muy bueno en la construcción. Se ha demonizado al sector constructor y no es solo ladrillo, arena y carretilla. También es sostenibilidad, nuevas formas de construir, energía…”, defiende. Entre los puestos donde hay oportunidades cita los de albañil, encofrador, jefe de obra y experto en renovables.

Mario Moscoso lleva 19 de sus 37 años en el negocio a través de la empresa Construcciones y Reformas Moscoso, con sede en Galicia. Dice que tiene más trabajo del que puede asumir. “Estamos en época de bonanza. Todo el mundo está haciendo obras por el tema del covid: terrazas, porches y mucha vivienda nueva”. Moscoso emplea a ocho trabajadores de media, pero cuando ha intentado reclutar en los servicios de empleo o ciclos formativos, no ha encontrado la cualificación que necesita. Ante la carencia de personal formado, rechaza el 40% de los trabajos que le demandan. “Tras la crisis de 2008 los padres no animan a sus hijos a hacer cursos de este tipo. Hoy en día estoy cogiendo gente novata y les enseño a trabajar. La solución es que haya más cursos de formación y que la gente joven sepa que en este gremio se puede ganar mucho dinero. Una persona que sepa del gremio y se ponga por su cuenta va a tener bastante trabajo y unos ingresos muy buenos”.

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