El año de la pandemia ha disparado la tasa de absentismo laboral hasta el 7,1%, la mayor marca de los últimos 20 años, según el X Informe sobre Empresa saludable y Gestión del absentismo publicado esta semana por Adecco. La cifra se traduce en unas 1.700 millones de horas laborales perdidas que han costado 36.900 millones de euros a la economía española, un 3,3% del PIB. La cifra está hinchada, matiza Javier Blasco, director del Adecco Group Institute: tres cuartas partes del incremento se explica por el aumento de las enfermedades comunes, como el Covid. El resto corresponde a licencias como las de aislamiento preventivo por contacto estrecho con un infectado, justificación que causó 10 horas de absentismo laboral por trabajador en 2020.
Aunque el Ministerio de Sanidad recomendó este tipo de medidas para reducir el incremento de los contagios, algunos asalariados aprovecharon para evitar trabajar, lo que ha llevado a empresas y mutuas a contratar a detectives para verificar su situación. “Con los casos Covid ha sido muy difícil demostrar que los trabajadores realmente necesitan estar de baja”, explica un médico de una mutua de accidentes laborales, colaboradora con la Seguridad Social, que ha preferido mantenerse anónimo y que asegura que los infectados también han aprovechado la enfermedad para prolongar la baja laboral hasta seis meses.
Es el caso de una mujer, de 43 años, que había sido diagnosticada con coronavirus en octubre. Cuando desde la mutua hicieron las primeras propuestas para dar el alta en diciembre, la mujer y su médico de cabecera evadieron las solicitudes de nuevas pruebas y documentos para verificar el estado de salud actual. No fue hasta abril, cuando la mutua iba a contratar a un detective privado para verificar el estado real de la mujer, cuando un compañero de trabajo hizo saber a los médicos que ella llevaba meses apuntada a clases de yoga, de spinning y que la semana anterior se habían encontrado en un cumpleaños de unos amigos en común.
“Hemos visto a personas que compraban resultados de PCR, tanto positivos como negativos, por apenas 50 euros”, relata la detective Lerma, quien afirma que el coronavirus se ha sumado a la lista de justificaciones de algunos asalariados para defraudar a la Seguridad Social. También se han incluido otras explicaciones como el aumento de la ansiedad derivada de la pandemia, algo más complicado de verificar según Lerma. “En estos casos buscamos comprobar que el trabajador no consuma alcohol si sale de fiesta, ya que sería contraproducente con las medicaciones comunes para tratar la ansiedad, o que no esté empleado en otra empresa mientras cobra la baja del primer trabajo”.
Antes del Covid, Lerma perseguía otra pandemia laboral: los dolores lumbares. “Una vez descubrimos que un comercial que afirmaba no poder trabajar por una lesión lumbar, hacía su vida normal manejando su coche y su moto y hasta levantando sacos de pienso”, cuenta.
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