Las Letras del Tesoro son instrumentos financieros emitidos por el Tesoro Público que se crearon en junio de 1987, cuando se puso en funcionamiento el Mercado de Deuda Pública en Anotaciones. Se constituyen como valores de renta fija a corto plazo representados exclusivamente mediante anotaciones en cuenta que se emiten por el Estado a través del Tesoro Público.
Las Letras del Tesoro son una forma que tiene el gobierno para financiarse, es decir, para obtener dinero para llevar a cabo sus gastos y proyectos. El Estado Español para obtener financiación y sostener el gasto público, emite mediante subasta las denominadas Letras del Tesoro, es decir, emite su deuda pública.
Son los ahorradores o inversores los que adquieren para su propia rentabilidad las letras con un importe mínimo de cada petición de 1.000 euros. Las peticiones que superen esta cantidad han de ser múltiplos de 1.000 euros.
Atención. Los ahorradores o los inversores presentan al Tesoro sus peticiones de compra, y este decide el precio mínimo que acepta recibir.
Son valores emitidos al descuento o a premio, por lo que su precio de adquisición puede ser inferior o superior al importe que el inversor recibirá en el momento del reembolso. La diferencia entre el valor de reembolso de la Letra (1.000 euros) y su precio de adquisición será la rentabilidad generada por la Letra del Tesoro.
Dichos rendimientos están exentos de retención a cuenta tanto en el ámbito del IRPF como en el del Impuesto sobre Sociedades, sin perjuicio de que haya que incluirlos en la declaración anual de dichos impuestos.
Las letras del Tesoro son deuda a corto plazo, es decir, el plazo de vencimiento es inferior a un año. Actualmente el Tesoro emite Letras del Tesoro con los siguientes plazos: Letras del Tesoro a 3 meses, a 6 meses, a 9 meses y a 12 meses.
Al igual que otros instrumentos de deuda pública se pueden adquirir a través de un banco o fondo de inversión (intermediario) o directamente en las oficinas del Banco de España o en la página web del Tesoro Público.
Cómo funcionan
Emisión: El gobierno, a través del Tesoro Público, emite estas Letras con la finalidad de obtener financiamiento. Las emisiones se realizan de forma regular y pueden tener diferentes plazos, generalmente de 3, 6, 9 o 12 meses.
Compra de Letras: Las Letras del Tesoro pueden ser adquiridas por inversores, tanto institucionales como particulares. Para comprar Letras, los interesados participan en las subastas organizadas por el Tesoro Público. En estas subastas, los inversores presentan sus ofertas indicando la cantidad que desean comprar y el tipo de interés máximo que están dispuestos a aceptar.
Tipo de interés: El Tesoro Público asigna las Letras a los inversores según el tipo de interés que han ofrecido en sus ofertas. Las Letras se asignan comenzando por las ofertas con el tipo de interés más bajo y continuando hasta que se agote la emisión. Esto significa que los inversores que ofrecen tasas de interés más bajas tienen más posibilidades de adquirir Letras.
Rentabilidad: La rentabilidad de las Letras del Tesoro para los inversores se basa en la diferencia entre el precio de compra (que es el valor nominal) y el valor de reembolso al vencimiento. Dado que se emiten a descuento, es decir, por debajo de su valor nominal, los inversores obtienen ganancias al recibir el valor nominal al vencimiento.
Vencimiento y reembolso: Al vencimiento de la Letra, el Tesoro Público devuelve a los inversores el valor nominal. Por ejemplo, si adquiriste una Letra de 1.000 euros a un precio de emisión de 990 euros, al final del plazo recibirás 1.000 euros.
Liquidez: Las Letras del Tesoro son instrumentos financieros bastante líquidos, lo que significa que los inversores pueden venderlas en el mercado secundario antes de su vencimiento si así lo desean.
En resumen, las Letras del Tesoro son una forma en la que el gobierno obtiene financiamiento a corto plazo, y los inversores pueden adquirirlas en subastas, obteniendo ganancias a través de la diferencia entre el precio de compra y el valor nominal al vencimiento. Son instrumentos financieros considerados seguros, dado que están respaldados por el gobierno, lo que los convierte en una opción atractiva para los inversores que buscan preservar su capital.
(Circular, 10-10-2023)
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