Así lo demuestra la Encuesta a las empresas españolas sobre la evolución de su actividad publicada ayer, correspondiente al cuarto trimestre de este año que elabora trimestralmente el Banco de España, donde el 30% de las empresas encuestadas declaran estar aumentando sus precios de venta (10 puntos porcentuales más que en el trimestre anterior). Es más, cerca de la mitad de estas sociedades encuestadas (el 44%) prevén aumentar sus precios en el primer trimestre de 2022 y el 60%, a lo largo del resto del año que viene.
Este incremento de los precios obedece al hecho de que, en general, las más de 5.000 empresas que respondieron a la encuesta del Banco de España que fue lanzada a cerca de 15.000 sociedades (la tasa de respuesta superó el 37%) vienen registrando una «agudización de las presiones inflacionistas», indica el texto del supervisor. En concreto, en este cuarto trimestre –con el IPC situado en el 5,4%– tres de cada cuatro empresas (el 74%) declararon haber observado un aumento de los precios en sus consumos intermedios, y este porcentaje ha aumentado más de 20 puntos en un solo trimestre.
Es más, las compañías consultadas esperan que este comportamiento inflacionista se mantenga al inicio del próximo año, de forma que el 77% prevén incrementos adicionales en el coste de los productos intermedios que demandan ya en el primer trimestre de 2022. Y un porcentaje parecido lo espera cuando les preguntan por el horizonte a un año, por lo que la inmensa mayoría «consideran que las actuales presiones de costes de sus consumos intermedios tendrán un carácter relativamente persistente».
En línea con estas perspectivas, las empresas encuestadas aseguraron seguir mejorando su facturación en este último trimestre del año, pero se mostraron algo menos optimistas debido a que ven dicha mejora «parcialmente entorpecida» por las alteraciones en las cadenas de suministros y el encarecimiento de los consumos intermedios. Así, el 35,1% de las empresas españolas incrementó su facturación en el cuarto trimestre, seis puntos más que en el tercero, aunque solo un 30% espera mejorar sus ventas en el primer trimestre de 2022, cinco puntos menos. Los sectores que se han anotado una mayor recuperación de ingresos a finales de este ejercicio fueron los servicios de no mercado, el transporte y la información y las comunicaciones.
En términos generales, el análisis que hace el Banco de España de los datos de esta encuesta, indica, que el encarecimiento reciente de los consumos intermedios (energéticos y no energéticos) y la intensidad de las alteraciones de la cadena de suministros están claramente relacionados. De hecho, el supervisor destaca que las empresas más afectadas por el aumento del precio de sus costes energéticos y por los cuellos de botella en las cadenas de suministros, tienden a prever mayores aumentos del precio de sus consumos intermedios.
Mientras que, entre el resto de los condicionantes de la actividad empresarial, las compañías con peores perspectivas para su demanda tienden a rebajar esas presiones de inflación de costes, mientras que, por el contrario, la incertidumbre sobre la política económica aparece relacionada con mayores expectativas de aumentos de costes. En esta misma línea las empresas con mayores dificultades de contratación de mano de obra, anticipan mayores presiones sobre sus costes laborales, lo que también se traslada a las futuras cuantías de los incrementos salariales.
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