El FMI pide al BCE mirar más allá del repunte transitorio de la inflación e insta al organismo que preside Christine Lagarde a ser cauteloso en lo que a la subida de tipos se refiere. En un momento en el que los inversores han comenzado a poner en precio el alza de las tasas, el FMI recomienda prudencia y considera que el BCE debería mantener su postura acomodaticia de apoyo a la economía mientras el repunte de la inflación continúe siendo temporal.
«Dado que se espera que la dinámica de la inflación subyacente siga siendo débil a medio plazo, el BCE debería tener en cuenta que las presiones inflacionistas son transitorias y tendría que mantener una política muy acomodaticia», asegura el organismo con sede en Washington. Estos comentarios se mantienen en línea con las opiniones de Lagarde, que en sus últimas intervenciones ha insistido en que el alza de los precios obedece a factores temporales como los costes energéticos y los problemas en las cadenas de suministro. Esta cautela contrasta con la actitud del presidente de Reserva Federal. La semana pasada en su comparecencia ante el Senado Jerome Powell instó a dejar de emplear la palabra transitoria para referirse al alza el alza de los precios y dejó la puerta abierta a poner fin al tapering unos meses antes a lo inicialmente previsto. Los inversores adelantan a marzo el fin de la retirada de las ayudas.
En su último informe el FMI ha advertido que los riesgos inflacionistas en la zona euro se inclinan al alza y que miembros del BCE tendrán que vigilar de cerca las presiones salariales. Las advertencias no quedaron ahí. El FMI considera que el BCE deberá estar preparado para reducir de manera paulatina las compras de deuda, así como las inyecciones de liquidez a los bancos. Una vez acometido esto podrá empezar a replantearse el alza de los tipos siempre y cuando la inflación se prolongue en el tiempo.
Pero antes de llevar a cabo ninguna acción, el organismo que preside Kistalina Georgieva considera que el BCE tendrá que aclarar pronto como compaginará la retirada de las ayudas para evitar un daño a la recuperación. La reunión del 16 de diciembre será la fecha clave para conocer el procedimiento que seguirá Largarde. Los expertos consideran que, una vez finalizado el programa de compras frente a la pandemia, el BCE implantará el programa de adquisición de activos previo, pero con un volumen mucho más reducido para evitar un encarecimiento de los costes de financiación.
Kristalina Georgieva señaló al Eurogrupo la posibilidad de una «modesta revisión a la baja» de las previsiones económicas para la región, debido a un cuarto trimestre que «parece más débil» por los problemas de suministro, los altos precios de la energía y las nuevas restricciones a la movilidad. Hasta ahora el FMI prevé una expansión del 5% para 2021 y del 4,3% para 2022.
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