La presidenta del BCE Christine Lagarde ha vuelto a insistir en que no tiene prisa por subir los tipos de interés a pesar del fuerte repunte de la inflación y de la elevada expectativa que hay en el mercado para un alza en el próximo año. En un acto en Lisboa, Lagarde ha señalado que es “muy improbable” que el año próximo se den las condiciones necesarias para abordar una subida de tipos. Y esa mención más concreta de una fecha en el tiempo ha servido para dar la convicción necesaria a su mensaje a ojos de los inversores.
Sin entrar en plazos temporales, Lagarde ya descartó un alza de tipos en la reunión del Consejo de Gobierno de la institución de la semana pasada. Explicó entonces que para subir tipos en la zona euro, la inflación se tendría que situar en un nivel del 2% en un horizonte de medio plazo de forma duradera, con la expectativa de permanecer ahí al menos tres años, y la tasa subyacente también debería presentar un horizonte al alza. “A pesar del actual repunte de la inflación, la perspectiva para la inflación en el medio plazo permanece muy baja y por tanto es muy improbable que esas tres condiciones se dieran en el próximo año”, ha señalado hoy la presidenta del BCE.
El gobernador del Banco de Francia, Francois Villeroy de Galhau, también ha insistido hoy en que “no hay motivos para que el BCE eleve los tipos de interés el próximo año”, y ha reiterado el reciente mensaje de la institución de que la inflación, aunque más presidente de lo previsto, se moderará en 2022. “Estamos seguros de que el alza de precios tiene un carácter temporal a la vista de anteriores recuperaciones económicas de la historia”, ha añadido.
El mercado recibió con escepticismo la semana pasada el mensaje del BCE de no tener intención de subir tipos y el pasado viernes los inversores apuntaban a un alza en octubre del próximo año, la primera en once años. Las rentabilidades de los bonos subieron con fuerza y llevaron al bono a 10 años de Italia, la economía más endeudada de la zona euro, a máximos de julio del pasado año, mientras que el rendimiento del bono alemán a una década llegó a tocar el viernes el -0,0649%, a punto de entrar en terreno positivo.
En cambio, esa expectativa de alza de tipos se ha enfriado hoy ligeramente, al tiempo que descienden los rendimientos de la deuda y el mercado apunta ahora a un aumento en 10 puntos básicos algo más tarde, en diciembre. Ayer esa subida se auguraba de 23 puntos básicos. Lagarde ha calmado hoy al mercado al asegurar también que el BCE «seguirá empleando el PEPP (programa de compras antipandemia) para garantizar unas favorables condiciones de financiación y asegurar que los costes de financiación para todos los sectores de la economía nos e tensionan en exceso», algo que representaría «un efecto indeseable para la economía».
La presidenta del BCE ha reconocido de hecho que el crecimiento de la zona euro, aunque sólido, está perdiendo fuerza a causa de los problemas de suministro y el alza de los precios de la energía. Y ha confirmado que diciembre será el momento en que el BCE decidirá sobre sus programas de compra de activos tras la crisis.
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