El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha afirmado que le gustaría ver más urgencia en la Unión Europea para afrontar la crisis de la escalada de los precios de la energía. «Nos gustaría que fuera más rápido, pero también en Bruselas y la UE los pasos se dan a un ritmo menos intenso del que deberíamos. España va a seguir trabajando en encontrar soluciones», ha asegurado a su entrada en el Consejo Europeo que arranca hoy en Bruselas en el que el primer punto del día a tratar es la fulgurante subida de los precios energéticos.
Sánchez se ha resignado a que durante esta cumbre los líderes no acuerden medidas más ambiciosas para afrontar un problema que, según insistió, «no es algo que solamente ocurra en España, está ocurriendo en toda Europa». El presidente español espera que, en la próxima cumbre de diciembre, cuando los líderes europeos ya tengan el informe encargado a la Comisión para evaluar el funcionamiento de los mercados mayoristas energéticos, el Consejo Europeo «pueda volver a debatir sobre los precios energéticos».
En busca de apoyos para el debate caliente de la escalada de los precios de la energía, Sánchez, se ha reunido hoy con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en un encuentro que fuentes diplomáticas han calificado de constructiva. El jefe del Gobierno ha abordado con los líderes europeos la escalada de los precios de la energía, en una discusión en la que han mostrado sensibilidad a las posiciones españolas, agregan las mismas fuentes. Los líderes europeos abordan el caos energético divididos ya que, en numerosas Estados Miembros, como Alemania u Holanda, se ve como algo temporal y prefieren no poner en marcha medidas drásticas o una revolución de la política energética comunitaria.
España lleva semanas presionando para que el incremento de los precios de la energía dé el salto al debate europeo. El Gobierno lanzó una propuesta en la que reclamaba a sus socios comunitarios una respuesta común comunitaria a la crisis que apuntaba a encontrar soluciones a tres problemas: la formación del precio de la electricidad y su vínculo con los precios del gas, la compra conjunta de gas y aumentar el poder negociación, y el análisis de la posible especulación que pueda producirse en el mercado de derechos de emisión.
La Comisión Europea lanzó la semana pasada un paquete de medidas para que los países puedan mitigar a corto plazo el impacto de la escalada de los precios de la electricidad. La reacción inicial del Gobierno fue de crítica a unas herramientas que la propia vicepresidenta, Teresa Ribera, calificó de decepcionante. Sin embargo, Sánchez ha dado un paso atrás en la crítica del Gobierno al calificar ahora el plan de Bruselas como «un buen primer paso» para que la UE aborde el problema.
La propuesta de la Comisión se limitaba a recordar a las capitales que pueden poner en marcha una reducción temporal de impuestos, bonos o descuentos o permitir que los consumidores puedan permitir que los consumidores puedan diferir temporalmente los pagos de electricidad, pero no incluyó ni la limitación de los precios máximos, ni reformar el mercado mayorista o romper el vínculo de los precios del gas en el coste de la factura de la luz
A medio plazo, Bruselas se abrió a estudiar la posible puesta en marcha de la compra conjunta de gas y a investigar el funcionamiento del mercado de emisiones de CO2 y trabaja en un informe que prevé presentar a mediados de noviembre. A largo plazo el brazo ejecutivo de la UE insistió en que la solución es una mayor inversión en energías renovables, cuyos precios se han mostrado más estables en los últimos años.
Por su parte, Angela Merkel, que encara la que probablemente será su última cumbre europea después de haber participado en 107 consejos en los 16 años que lleva como canciller alemana, ha llamado a la UE para que lance una respuesta «prudente» ante la crisis eléctrica para no «desactiva por completo el mercado». Además, calificó de «muy bueno» el documento presentado por la Comisión para hacer frente a la escalada de los precios a corto plazo.
España ha encontrado apoyos en Francia, Italia o Grecia que unieron fuerzas en un comunicado conjunto para pedir a la UE una respuesta conjunta ante la crisis eléctrica. Sin embargo, una revolución en los mercados energéticos no es la visión dominante entre los 27.
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