La deuda verde gana día a día nuevos adeptos. El último de ellos, la Unión Europea que hoy ha completado su primera emisión de bonos verdes. El bloque captó 12.000 millones de euros a 15 años, importe que se destinará a la financiación del programa de reconstrucción europeo Next Generation. La expectación que existía en el mercado por la colocación era elevada y la demanda registrada fue la mejor muestra. Las órdenes de compra han superaron los 135.000 millones de euros. Este interés fue aprovechado para rebajar el coste pues desde primera hora se conocía que el importe iba a quedar anclado en los 12.000 millones con independencia de la demanda.
La emisión partía con un diferencial de -5 puntos básicos sobre midswap (tipo de interés libre de riesgo) y se cerró con un spread de -8 puntos básicos, lo que equivale a una rentabilidad del 0,453%. Además, del rendimiento los bonos devengarán un cupón anual del 0,4%. El primer bono verde de la UE bajo el marco del programa Next Generation se convierte en la mayor oferta de deuda verde registrada hasta el momento. Tanto la demanda como el tamaño superan el debut de Reino Unido en septiembre en el mercado de deuda verde. El país británico vendió 10.000 millones de libras (11.786 millones de euros) en una referencia a 10 años para la que recibió peticiones que superaron los 100.000 millones de libras (unos 117.894 millones de euros).
La colocación de la UE “es el bono verde más grande que existe y proporcionará a los inversores uno de los bonos verdes más líquidos”, señala a Bloomberg Julian Kreipl, analista de crédito de UniCredit. Aunque la ratio de cobertura superó en más de 11 veces la oferta, el récord en una emisión sostenible lo sigue ostentando la colocación que realizó el año pasado la UE para financiar el programa SURE de apoyo al desempleo. En aquella operación se levantaron 17.000 millones de euros en dos referencias (10.000 millones a 10 años y 7.000 millones a 20) y las peticiones alcanzaron los 233.000 millones.
El dinero captado este martes se canalizará a los estados miembros para gastar en áreas como la eficiencia energética, la energía limpia y la adaptación al cambio climático. El debut de la UE se ha producido antes de que los legisladores y los estados miembros hayan aprobado el marco de bonos verdes de la Comisión Europea, lo que socava las esperanzas de convertir a la región en una referencia para otros emisores.
La urgencia mostrada por el bloque lleva a muchos a especular con la idea de que Bruselas tenía prisa por iniciar la financiación y exprimir las ventajas de los tipos cero en un contexto en el que el alza de los rendimientos ha llevado a los inversores a poner en precio la retirada de los bancos centrales como respuesta a las recientes presiones inflacionistas alimentadas por los precios energéticos y los problemas en las cadenas de suministro.
La comisión ha asegurado que la deuda emitida ayer se adherirá a su marco cuando esté disponible, así como a los principios de Asociación Internacional de Mercados de Capitales (ICMA por sus siglas en ingles). Al igual que en el caso de España, Viego Eris, perteneciente a Moody’s, se ha encargado de la evaluación del programa de financiación verde de la UE.
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