La primera ola de la pandemia sacudió con fuerza el tejido empresarial catalán. Entre febrero y marzo del año pasado desaparecieron más de 22.000 empresas, de las cuales Catalunya solo había recuperado un 11% en marzo de este año, tal como concluye un estudio monográfico de la Cambra de Comerç de Barcelona. La cifra actual es más elevada debido a la aceleración en la reactivación económica de los últimos meses, por lo que la institución estima que Catalunya ya ha recuperado en realidad más del 40% de las empresas destruidas al comienzo de la crisis de la covid.
Coincidiendo con el parón económico que provocó el primer estado de alarma y el confinamiento domiciliario, se dieron de baja 22.260 cuentas de cotización –pasaron de 257.880 en enero a 235.620 en abril del 2020–. Según datos del Ministerio de la Seguridad Social, a fecha de junio de este año había 10.396 cuentas de cotización menos de empresas catalanas que antes de la pandemia.
Entre enero y abril de dieron de baja 22.260 cuenta de cotización.
El estudio pone de manifiesto “la simetría” entre el impacto de la crisis y la recuperación del tejido empresarial, comenta Carme Poveda, directora de Análisis Económico de la institución. En este sentido, si las microempresas fueron las más afectadas por la pandemia –representan al 85% del tejido empresarial–, también son las que están impulsando la recuperación económica.
Pero Poveda pronostica que “habrá un trasvase” entre sectores, como ocurrió en la crisis del 2008, por lo que muchas de las nuevas empresas estarán orientadas hacia actividades en auge, como las nuevas tecnologías, el comercio electrónico, servicios profesionales o construcción. “El trasvase no será automático, ya que requiere un proceso de formación”, asevera, por lo que cree que es preciso dotar al Servei d’Ocupació de Catalunya (SOC) “de recursos suficientes” para promover la formación de los desempleados procedentes de los sectores con un futuro a corto y medio plazo menos halagüeño.
Las microempresas, que fueron las más perjudicadas por el parón, lideran la reactivación del tejido empresarial.
Este no es el caso de la construcción, que según el estudio de la Cambra –que analiza datos hasta el pasado mes de marzo– es el que ha recuperado el número más grande de empresas de manera transversal y generalizada en todo el territorio. De hecho, este es el sector que mayor puntuación consigue en el indicador de confianza empresarial armonizado (ICEA) del tercer trimestre del año.
De cara a los próximos meses, la Cambra prevé “una buena evolución” en la recuperación de empresas “porque muchas de las que se destruyeron pertenecían a la hostelería y la restauración”, actividades que en verano han remontado. Poveda destaca “la fuerte rotación” que existe en este tipo de sectores: “Hemos visto como se cerraban muchos que han reabierto con la reactivación”. En cambio, es más difícil el rebote en sectores como el de la industria manufacturera.
La Cambra destaca que la figura de los ERTE ha permitido afrontar la crisis actual “de una manera muy diferente a la de las anteriores recesiones”. Uno de los efectos más claros, señala, es el contraste entre la caída del 11,5% de la actividad económica de Catalunya en el año 2020 y el descenso en la ocupación, del 3%, según la Encuesta de Población Activa, ya que se contabilizan los trabajadores en ERTE como ocupados.
La evolución del cambio de tendencia dependerá, apunta la institución, de “la evolución global de la situación así como de la implementación de los recursos del programa Next Generation EU, que serán claves.
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