La digitalización ha supuesto un cambio en la manera de consumir. Ahora, un consumidor puede comprar un producto en cualquier parte del mundo gracias a la proliferación de los e-commerce. Sin embargo, su auge ha provocado que la Unión Europea decidiera imponer IVA a este tipo de comercio electrónico. La propuesta del IVA para los e-commerce se aprobó en el año 2017, aunque no será hasta el 1 de julio de este año cuando entre en vigor.
El llamado IVA a los e-commerce es un sistema de tributación que se aplica en el destino al que se dirige dicho producto. Esto quiere decir que se tributa en el país del comprador. El objetivo de la normativa es establecer un régimen que facilite a las empresas estas operaciones. Anteriormente, debían darse de alta en cada país de la Unión Europea en el que quisieran vender. No obstante, la nueva regulación establece que es obligatorio tributar el IVA independientemente del tipo o del tamaño del envío.
Por ejemplo, si se vende a una empresa de España, se deberá aplicar el IVA de dicho país. Por el contrario, en el caso de que la facturación en ventas sea fuera de España y supera los 10.000 euros anuales, se debe aplicar el IVA del país del comprador y se tiene que tributar en ese país. En el caso de que la facturación en ventas sea inferior a los 10.000 euros y también sea de fuera de España, el IVA se tendrá que tributar en España. Por el contrario, podría darse el caso de que se venda a una empresa de la Unión Europea, por lo que se catalogaría la operación como intracomunitaria. La nueva norma implica el tener que conocer el tipo de IVA que se aplica a cada país.
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