El pacto para establecer un impuesto mínimo de sociedades ya es una realidad. Los ministros de Economía y Finanzas del G7 (Reino Unido, Alemania, EE UU, Francia, Canadá, Italia y Japón) han llegado este sábado en Londres a un acuerdo histórico sobre la reforma del sistema fiscal, de forma que se establezca un impuesto de sociedades mínimo global del 15% para evitar que las grandes empresas sorteen el pago de tributos. Además, las grandes firmas tributarán allá donde generen sus ingresos, siempre y cuando obtengan en dichos países un margen de beneficios superior al 10%, en cuyo caso pagarán un 20% de impuestos sobre sus ganancias globales. Esto supondrá para España unos ingresos extra de unos 700 millones de euros, según un informe del EU Tax Observatory.
El anuncio lo ha hecho el ministro de Finanzas británico, Rishi Sunak, quien ha asegurado estar encantado de realizar este anuncio «histórico» para «reformar el sistema fiscal global». «Esto es algo de lo que se ha hablado durante al menos diez años. Y aquí, por primera vez hoy, hemos llegado a un acuerdo de principios tangibles sobre cómo deben ser estas reformas y ese es un gran progreso», ha indicado Sunak, quien ha calificado el sistema de «justo».
A su vez, Sunak ha defendido la decisión de no presionar a favor de un porcentaje más alto que el 15%. En un principio, Joe Biden, presidente de Estados Unidos, había planteado aumentarlo hasta el 21%, pero finalmente rechazó esa posibilidad en pos de alcanzar un consenso más amplio. Este acuerdo va en línea con la carta publicada el viernes en The Guardian, firmada por Nadia Calviño, vicepresidenta segunda y Ministra de Asuntos Económicos, junto a sus pares de Italia, Alemania y Francia, en la que se pedía la implantación de un impuesto mínimo global de sociedades.
El pacto está pensado para adaptarlo a la «era digital global» y hacer que los gigantes tecnológicos paguen «el impuesto adecuado y eso es un premio enorme para el contribuyente británico», ha añadido Sunak tras hacer el anuncio. Reino Unido, anfitrión de la reunión de dos días de los ministros de Finanzas del G7, ya se había declarado estos días «optimista» sobre un pacto, y los primeros pronunciamientos de los responsables presentes en la cita habían reforzado esa impresión.
Los gigantes tecnológicos globales como Amazon, Google o Facebook serán las compañías más afectadas por esta medida, ya que hasta ahora podían esquivar el pago de impuestos en los países donde generaban sus negocios, y solo tributar allí donde establecían su sede. Este acuerdo, que no es vinculante, servirá a los países del G7 para fijar una posición común en las conversaciones que se están llevando a cabo actualmente en el seno del G20 y en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Esta última prevé alcanzar un acuerdo global vinculante entre junio y julio de este año. Con este histórico pacto, los países ricos buscan evitar una «carrera a la baja» en las políticas fiscales.
El ministro alemán de Finanzas, Olaf Scholz, uno de los primeros en reaccionar a este acuerdo, ha elogiado la medida, ya que «significa que las empresas ya no podrán evadir impuestos contabilizando ganancias en países con impuestos bajos». «[Este pacto] ayudará a los países en los que vivimos a financiar sus cometidos y, especialmente después de la crisis del Covid y todo el dinero que gastamos, a defender la salud de la población y defender la economía», ha añadido el ministro.
Por su parte, el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, ha asegurado este domingo que la intención de Francia es luchar para aumentar este impuesto. En particular, Le Maire ha indicado que Francia desea subirlo hasta el 21%, porcentaje propuesto en un principio por el presidente estadounidense, Joe Biden, aunque más tarde el mandatario norteamericano desistió de esa cifra para conseguir un mayor consenso. “El 15% es un compromiso. Luchamos para que se añadiera en el comunicado final ‘al menos’ un 15%. En las semanas que vienen vamos a seguir peleando, en particular con Alemania, para que la tasa sea lo más elevada posible”, ha explicado el ministro galo en declaraciones recogidas por EFE. Aunque, ha reconocido el ministro, aumentarlo “será muy difícil”.
Por su parte, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha celebrado la decisión en su cuenta de Twitter, asegurando que este «histórico» acuerdo servirá para cumplir con el objetivo de «una mejor distribución de la riqueza para alcanzar mayores cotas de justicia social».
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