El 40% de las empresas de la eurozona sufren por la falta de materiales

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El porcentaje de empresas afectadas por la escasez de material toca máximos históricos en julio de 2021. En Alemania llega al 71%, mientras que en España es el 22%. Si decide pasarse por un concesionario de coches quizás se sorprenda al comprobar que, como mínimo, pueden tardar medio año en entregarle el vehículo que solicite, y eso si llegan a aventurarse con un plazo estimado. No es que las empresas no tengan capacidad de producción, es que los materiales necesarios para fabricar estos productos no están llegando a las plantas.

Desde abril de 2021, las compañías europeas (y del resto del mundo) se encuentran ante su peor pesadilla: ahora que por fin la demanda sale en torrente después de meses de parón y restricciones, no dan abasto para satisfacerla. «Las economías de la zona euro se enfrentan a una situación de escasez de componentes básicos, lo que está generando cuellos de botella en su producción, que impiden que la oferta atienda la demanda de pedidos en los plazos requeridos», señala el Banco de España en un documento publicado ayer.

Es más, el porcentaje de empresas de la zona euro afectadas por la escasez de material ha tocado máximos históricos en 2021. Según el organismo, que a su vez cita datos de la Comisión Europea, en julio un 40% de las empresas sufrían por la falta de material, cuando a finales de 2020 este problema apenas afectaba a un 7% de las compañías. Alemania es la economía más castigada, con un 71% de sus empresas manufactureras afectadas, debido a que buena parte de su tejido productivo depende del automóvil, el sector más golpeado por el desabastecimiento.

La crisis de los microchips, uno de los componentes que más escasea, si no el que más, ha provocado que, por ejemplo, dejen de producirse en el mundo 7,2 millones de automóviles, según Ametic, la patronal española de la electrónica, telecomunicaciones y tecnologías de la información. En España, este problema lo sufren el 22% de las compañías, frente a algo menos en Italia (13%), gracias en ambos casos a una industria especializada en otros sectores menos castigados, como la alimentación. El desabastecimiento que sufren las empresas es resultado de una tormenta perfecta. Por un lado, por la rápida recuperación de la demanda tras la relajación de las restricciones de la pandemia. El consumo se disparó, y bienes poco demandados durante el confinamiento, como los coches, volvieron a experimentar tensiones.

«Arrancamos el año con perspectivas espectaculares de recuperación. La demanda salía con fuerza del confinamiento», explica Ezequiel Navarro, consejero delegado del Grupo Premio, una compañía española especializada en el suministro de componentes de automóvil. Uno de cada dos coches en el mundo lleva componentes del grupo.

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